De los cánceres de origen ginecológico, el de ovario es el que se presenta en un estadio más avanzado cuando lo diagnósticamos, esto es debido a que no suelen dar síntomas en sus estadios precoces.
La edad media en el momento del diagnóstico es de 61 años.
Los síntomas aparecen cuando la masa ovárica comprime otras vísceras o bien cuando hay diseminación intraabdominal, salvo en los casos en los que debutan con dolor abdominal agudo hecho que se produce con más frecuencia en los tumores ováricos benignos. Normalmente la clínica suele ser progresiva, con molestias, hinchazón, plenitud abdominal y saciedad precoz.
No se dispone de una prueba de cribaje que nos permita realizar un diagnóstico precoz, aunque lo que sí se debe intentar es un diagnóstico lo más temprano posible mediante las exploraciones ginecológicas de rutina.
La edad de la paciente diagnosticada de un tumor ovárico es un factor importante, así en pacientes que aún no han tenido la regla y en las postmenopáusicas se debe realizar un estudio inmediato, mientras que en pacientes en edad fértil la mayoría de las veces se trata de tumores funcionales asociados al ciclo menstrual y en un 70% desaparecerán espontáneamente.