En España se diagnostican alrededor de 2000 nuevos casos de cáncer de cuello uterino al año.
Cada año en España mueren alrededor de 740 mujeres debido a esta enfermedad.
Estas cifras son mucho menores que las de otros países, gracias a los programas de cribado (citología) y al diagnóstico temprano de las llamadas lesiones precursoras del cáncer de cuello uterino. Esto nos permite actuar en una fase temprana de la enfermedad y llevar a cabo un tratamiento más conservador curativo y con menos consecuencias a corto, medio y largo plazo para la mujer.
La citología cervical es la única técnica validada para el cribado poblacional del cáncer de cuello uterino.
Dependiendo del resultado de esta, vamos a saber que mujeres necesitan pruebas diagnósticas complementarias (colposcopia, cultivo del HPV, biopsia,...). Este método diagnóstico está sometido a muchas criticas debido a que tiene un 20 % de falsos negativos. Las causas más frecuentes de los falsos negativos son la toma incorrecta y los errores de interpretación, por eso es una técnica que aunque sencilla debe ser realizada por personal preparado. También hay que señalar que existen tipos de cáncer de cuello (adenocarcinoma) en los cuales el diagnóstico por citología es más difícil. A pesar de esto último, el amplio uso de la citología ha reducido la incidencia y la mortalidad del carcinoma de cuello uterino.